Simplemente echa todos los ingredientes para hacerla en un recipiente y bate como si no hubiera un mañana… hasta que obtengas una pasta sin grumos.
Ahora incorporamos los garbanzos cocidos, el ajo (quítale el germen del interior), el zumo de limón, el comino y un pellizco de sal.
Bate nuevamente hasta que quede una masa cremosa, ni compacta, ni tampoco líquida… el punto intermedio (como en todo) es el ideal.
Comprueba que el hummus esté a tu gusto.
Una vez hecho meter en la nevera en un recipiente cerrado hasta consumir, tiene que estar bien frío.
Cuando vayamos a comerlo, tostamos el pan pita y lo cortamos en trocitos para poder utilizarlo “a modo cubierto”.
EMPLATADO:
Coloca un recipiente en forma de círculo en el medio de un plato (puede ser la base de una botella de plástico) y echa el hummus alrededor hasta formar una especie de corona.
Decóralo con pimentón dulce, orégano seco y algunos encurtidos. Echa un chorrete de AOVE y a disfrutar.